FASES DEL ALCOHOL EN EL ORGANISMO

Para los alquimistas de la Edad Media el alcohol era el elixir de la vida. Han pasado siglos desde entonces y la pócima mágica se ha convertido en un malicioso ungüento. En la sociedad actual el consumo de bebidas alcohólicas se ha disparado de un modo preocupante. En nuestro país, más del 60% de los jóvenes de 16 y más años, consume de forma habitual alcohol. 

Las bebidas alcohólicas son, en cierta medida, gratificantes para las personas. Pero, al sobrepasar un cierto límite, los efectos son negativos para la salud y especialmente para la conducción. Nuestro propio organismo produce alcohol —unos 0,03 gramos por litro aproximadamente como máximo—. El inconveniente del alcohol que ingerimos es que no es transformado por los jugos gástricos, al igual que los alimentos, sino que directamente pasa a la sangre y de ésta se distribuye por todos los tejidos del organismo. Para más tarde eliminarse, sin metabolizar, por la orina, sudor y aire expirado. Siendo
estas las tres fases del proceso que sigue el alcohol en nuestro cuerpo.

FASE DE ABSORCIÓN

El alcohol es absorbido desde el estómago muy rápidamente. La mayor concentración de alcohol en la sangre se alcanza tras 30 a 90 minutos desde la toma. Existen circunstancias que modifican esta fase.

  • Tiempo transcurrido. Al principio se absorbe más rápidamente que más tarde.
  • Ayunas. Con el estómago vacío el alcohol pasa con mayor velocidad al intestino delgado.
  • Bebida alcohólica. Las características de la bebida influyen en la absorción o si van acompañadas de bebidas gaseosas se facilita también la absorción.
FASE DE DISTRIBUCIÓN

Una vez absorbido el alcohol es transportado por el riego sanguíneo a todos los tejidos de nuestro organismo. De este modo, llega a todos y cada uno de los sistemas del cuerpo modificando sus funciones actuando directamente sobre las células.

De esta fase podemos definir el término "Alcoholemia", ya que dicho término se define como la cantidad de alcohol que hay en la sangre. Esta medida se realiza bien en unidades de peso (gramos), bien en unidades de volumen (litros). De esta medición se obtiene la "Tasa de Alcoholemia" (0,5 gramos por litro en sangre; 0,25 miligramos por litro de aire expirado)

FASE DE METABOLIZACIÓN

Los azúcares y las grasas que consumimos no se utilizan inmediatamente, sino que pueden ser almacenados en el cuerpo para más tarde según sus necesidades. El cuerpo no puede almacenar el alcohol por lo que es metabolizado. Esto es, se transforma en sustancias que se puedan incorporar al cuerpo sin ningún daño para éste o sean eliminadas para no ser tóxicas. Un pequeño porcentaje del alcohol que se ingiere se elimina por la orina, sudor o aire expirado. Por consiguiente, entre un 90% y un 98% del alcohol ingerido se metaboliza. Este proceso se realiza en su totalidad en el hígado. La metabolización se realiza a un ritmo constante — entre 8-12 mililitros por hora—dependiendo del peso corporal y diferencias genéticas. Como el ritmo de oxidación es constante, el resto del alcohol espera en la sangre y en los tejidos del cuerpo ha ser oxidado por el hígado.

FASE DE ELIMINACIÓN

Entre el 2% y el 10% del alcohol ingerido no es metabolizado y se elimina directamente por las secreciones del cuerpo, especialmente por la orina y el aire expirado. Esta cantidad es proporcional a la concentración en sangre, por tanto, la medición en el aire expirado es totalmente válida para conocer la Alcoholemia del individuo.

En la gráfica se puede comprobar el tiempo que transcurre desde que se ingesta la última copa hasta su total eliminación. Llegando la Alcoholemia a su punto más alto pasa una hora.

El alcohol es uno de los factores de riesgo relacionado con los accidentes de tráfico. Entre el 30% y el 50% de los accidentes el alcohol está implicado de un modo u otro. Por ello, se debe ser cauteloso a la hora de mezclar alcohol y conducción.


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